skip to main |
skip to sidebar
Botas...
Mírale. Ahí está. ¿No vas a decirle nada?
¿Para qué?
Porque te hizo daño.
Deberías plantarle cara.
(sonrío)
No tengo ganas.
¿Y de qué tienes ganas?
De saltar.
De saltar sobre los charcos.
Con mis botas de colores
ya no me empapan las penas viejas.
Ahora...
sólo sonrío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario